La isla de Mallorca es un destino que sorprende en cada visita. Su paisaje combina montañas, calas escondidas, pueblos con encanto y playas de aguas cristalinas. Entre sus lugares más auténticos se encuentra La Colònia de Sant Jordi, un pequeño núcleo costero situado en el sur de la isla, dentro del municipio de Las Salinas. Aunque en sus orígenes fue un puerto pesquero, hoy es un enclave turístico muy apreciado por quienes buscan tranquilidad, naturaleza y la belleza intacta del Mediterráneo.
La Colònia de Sant Jordi nació vinculada al mar y a las salinas que se encuentran en sus alrededores. Desde la época romana ya se extraía sal en esta zona, una actividad que continúa hasta la actualidad y que forma parte de su identidad. El puerto fue durante mucho tiempo un lugar de intercambio y trabajo de pescadores, lo que dio forma a un carácter sencillo y hospitalario que aún hoy se percibe en sus calles y restaurantes.
Con el paso de las décadas, el turismo llegó a la zona y poco a poco se fue desarrollando la infraestructura hotelera y de servicios. Sin embargo, a diferencia de otros lugares más masificados de la isla, La Colònia de Sant Jordi ha sabido mantener un equilibrio entre modernidad y autenticidad, ofreciendo comodidades al visitante sin perder su esencia local.
Playas de ensueño
Uno de los mayores atractivos de La Colònia de Sant Jordi son sus playas. Aquí se encuentran algunas de las más conocidas y fotografiadas de Mallorca:
- Es Trenc: probablemente la playa más famosa de la isla. Sus 3 kilómetros de arena blanca y aguas turquesa recuerdan al Caribe. A pesar de su popularidad, conserva un entorno natural protegido gracias a las dunas y áreas de vegetación que la rodean.
- Es Dolç: situada junto al puerto, combina comodidad y belleza. Es perfecta para quienes buscan una playa tranquila sin alejarse demasiado del centro.
- Es Carbó: más salvaje y alejada, accesible únicamente a pie o en barco. Su carácter virgen la convierte en un lugar muy especial para los amantes de la naturaleza.
- Ses Covetes: pequeña y acogedora, ideal para familias y para quienes desean pasar un día relajado en el mar.
Estas playas son solo una muestra del encanto natural de la zona. Caminar por sus senderos costeros, descubrir calas escondidas y disfrutar de puestas de sol inolvidables forman parte de la experiencia de visitar La Colònia de Sant Jordi.
Naturaleza y actividades
Además de las playas, el entorno ofrece múltiples opciones para los amantes de la naturaleza y el deporte. La zona está rodeada de parques naturales, como el Parc Nacional de Cabrera, un archipiélago protegido que se encuentra a pocos kilómetros en barco. Las excursiones a Cabrera son muy populares y permiten descubrir paisajes vírgenes, aguas transparentes y una biodiversidad marina excepcional.
Los senderistas y ciclistas también encuentran aquí un lugar ideal. Existen rutas que recorren la costa y otras que se adentran en el interior de la isla, pasando por campos, molinos y pueblos tradicionales. La combinación de mar y tierra convierte a La Colònia de Sant Jordi en un destino versátil para quienes disfrutan del aire libre.
El puerto deportivo, por su parte, es un punto de partida perfecto para excursiones en barco, actividades de pesca o deportes acuáticos como el kayak, el paddle surf o la vela.
Turismo relajado y familiar
La Colònia de Sant Jordi es un destino muy apreciado por familias y viajeros que buscan tranquilidad. No tiene el bullicio de otras zonas más urbanizadas, y esa calma se refleja en el ritmo del día a día. Es un lugar donde los niños pueden disfrutar de las playas seguras y los adultos encuentran el espacio perfecto para desconectar.
El paseo marítimo, que recorre gran parte del núcleo, es ideal para caminar al atardecer, tomar un helado o sentarse a contemplar el horizonte. Esa sensación de calma y bienestar es una de las razones por las que muchos visitantes repiten año tras año.
Alojamiento en Mallorca. De lo local al lujo urbano
Quienes visitan La Colònia de Sant Jordi tienen la opción de alojarse en hoteles familiares, apartamentos turísticos o pequeños establecimientos junto al mar. Sin embargo, muchos viajeros combinan su estancia en este entorno natural con unos días en Palma, la capital de la isla, donde encuentran una oferta más cosmopolita.
En este sentido, Palma se ha consolidado como un destino urbano con una gran riqueza cultural, histórica y gastronómica. Pasear por la Catedral, recorrer el casco antiguo y descubrir sus museos es una experiencia complementaria al descanso de la costa. Y para quienes buscan exclusividad y confort, la ciudad ofrece opciones muy interesantes.
Entre ellas destaca el alojamiento de lujo en el centro de Palma, con propuestas diseñadas para quienes valoran la comodidad y la atención personalizada. Una de las mejores alternativas son los apartamentos exclusivos en Palma, donde los viajeros disfrutan de privacidad, diseño contemporáneo y una ubicación privilegiada.
Un ejemplo claro es Hotel Samaritana Suites, situado en el corazón de la capital mallorquina. Se trata de un establecimiento boutique que combina elegancia, modernidad y cercanía, ideal para quienes quieren descubrir Palma desde dentro y sentirse como en casa, pero con todas las comodidades de un hotel de lujo.